Se suele decir que la mujer en el antiguo Egipto gozaba de una igualdad sorprendente respecto con el hombre.
Las féminas contaban con gran participación en el poder, sólo hay que ver la figura de las grandes reinas. Aun así, la igualdad social no era plena.
Las mujeres egipcias podían elegir a su esposo. No obstante, ella misma solía solicitar el permiso de su padre, como símbolo de respeto.
Tras el matrimonio, la mujer era nombrada como Neb-Het o lo que es lo mismo, La Dorada, la Señora de la Casa. Por tanto, no existía la figura de El hombre de la casa, que ya tiene implícito un papel de evidente superioridad. Esta Señora de la Casa era la encargada de administrar el patrimonio y de organizarlo todo en el hogar.
Por norma general el adulterio de las mujeres no estaba penado, esto es debido a que en el Antiguo Egipto las relaciones no estaban muy controladas. Si una mujer era infiel podía encontrarse con un divorcio, aunque también es cierto que en ciertas regiones sí se habría lapidado a alguna mujer por este “crimen”.
El divorcio podía solicitarse por cualquiera de las partes de los conyugues, sin importar si lo hacía el hombre o la mujer.Creado los contratos prematrimoniales,Podemos decir que legamente existía una igualdad jurídica.
Por lo que sabemos, parece que varón y mujer eran iguales ante la ley, en contraste con el derecho griego y romano. Ellas podían manejar su propia herencia o estar al frente de un negocio, como la dama Nenofer en el Imperio Nuevo; podían ser también médicos, como la dama Peseshet durante la Dinastía IV.
Si pintores y escultores nos muestran a mujer con una imagen serena en el entorno de una familia floreciente, los escritores no dudan en hacerla aparecer como el origen de distintas desgracias y la culpable de varios pecados.
Entre la gran abundancia de divinidades de la mitología egipcia, existen numerosas diosas
https://youtu.be/QPYs-NnCZL4POR VICENYTE Y DAVID